“Pata, Pata” (Miriam Makeba, 1957)
Ahora que el mítico Nelson Mandela lucha nuevamente por su vida, nos viene a la mente una canción universalizada en su lengua natal, el idioma “xhosa”: se trata del “Pata, Pata”, que la diva surafricana Miriam Makeba compuso en 1957 y fue la última que cantó, instantes antes de morir de un paro cardiaco el 10 de noviembre de 2008.
Aquel baile caló de inmediato pese a una letra
incomprensible más allá del pegajoso “pata, pata”, que no alude a extremidades
inferiores ni a palmípedos hembras, pues significa algo así como “toca, toca”. Makeba demoró casi una década en grabarlo, y cuando
lo hizo se asesoró con el célebre jazzista Hugh Masakela, quien lo sacó de las
chabolas de Pretoria y lo convirtió en todo un himno de la llamada “World
music”.
El resultado fue un éxito folklórico que
ascendió hasta el puesto 12 en la lista Billboard de Estados Unidos en 1967, en
plena efervescencia del rock psicodélico y de una experimentación musical cuyo
rebuscamiento contrastaba con la deliciosa simpleza del “Pata, Pata”. En
agradecimiento, Makeba escribió para su arreglista un tema incluido en el
aclamado disco “Emancipation of Hugh
Masakela” (1968).
Ya para
entonces Miriam Makeba era Miriam Makeba, o Mama África, o la Emperatriz de la Canción Africana.
Por su denuncia al apartheid fue obligada a exiliarse en Italia primero, y en
Londres después. Cuba le otorgó su ciudadanía en 1963, hasta que la cantante se
proclamó ciudadana del mundo. Tal actitud la hizo objeto de investigaciones del
FBI cuando vivió en Estados Unidos junto a su esposo, el luchador civil Stokely
Carmichael, con quien vivió luego en Guinea hasta su divorcio en 1973.
En
1972 había encarado a opositores del gobierno chileno de Unidad Popular en el
festival de Viña del Mar, donde gritó “Viva el presidente Allende” y acalló los
abucheos con su “sat wuguga sat ju benga…”
Además de su obra cumbre, Makeba dejó otras canciones
memorables, como “The Click Song” y “Malaika”, incluida en “An Evening with
Belafonte/Makeba” (1966). Dicho álbum, grabado junto a Harry Belafonte, le
valió un Grammy, siendo la primera mujer negra en ganar dicho premio.
Mientras el mundo se rendía a sus
pies, el régimen segregacionista de Sudáfrica prohibía sus discos. Luego de 30
años de exilio, Makeba regresó a su patria el 10 de junio de 1990, convencida
por el propio Mandela, recién salido de la cárcel. Madiba, como llaman al
mítico luchador, invitó luego a la cantante a integrar su gabinete, y aunque la
estrella rehusó, si lo secundó en su proceso de reunificación y concordia
nacional.
Esta hija de un sanador místico
“xhosa” le cantó a la independencia de Kenya y Angola, a la Unión Africana, a Samora
Machel en Mozambique, a su Madiba ya liberado… La muerte tuvo la deferencia de
dejarla terminar un concierto en Castel Volturno contra la camorra (mafia
italiana), tras el cual se detuvo para siempre su gran corazón, ese que parecía
latir al ritmo cadencioso y juguetón del “Pata, pata”…
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